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Alhaurin de la Torre - 01/09/2012
Publicada: 01/09/2012
La presentación del libro sobre el alcalde republicano fue un obligado ejercicio de Memoria Histórica sobre la Guerra Civil y la represión franquista en esta ciudad norteafricana.
(José Manuel de Molina). El viernes por la noche tuvo lugar en el Centro Cultural Vicente Aleixandre de Alhaurín de la Torre la presentación del libro de Francisco Sánchez Montoya sobre el médico, diputado y alcalde de Ceuta durante la Segunda República, Antonio López Sánchez-Prado.
Este fue el acto central de la celebración del Día de Ceuta en Alhaurín de la Torre, evento organizado por la Casa de Ceuta en esta localidad presidida por Pedro Contreras, que dio la bienvenida así como también intervinieron la delegada de Cultura y Educación de la Junta en Málaga, la alhaurina Patricia Alba, la concejala de Cultura Isabel Durán y el alcalde Joaquín Villanova, que destacó el hermanamiento que se había gestado entre Ceuta y Alhaurín de la Torre a través del vínculo de Jesús Caído, la imagen cedida por la Hermandad de la Amargura a la Asociación Puente del Rey, recordando tanto la visita que hicieron los alhaurinos a Ceuta en febrero de 2011 como la multitudinaria delegación que vino en enero de 2012 para el traslado de la talla a la capilla anexa al cementerio, recordando la apreciada visita del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Jesús Vivas.
También estaban presentes en este salón de acatos otros ediles del PP, PSOE y UPyD junto a representantes de colectivos culturales y vecinos interesados en la figura de este personaje ceutí, que asistieron respetuosos a la interpretación del himno de Ceuta.
En la posterior intervención del historiador Sánchez Montoya, dijo que Sánchez Prado fue un “hombre caritativo” que luchó por la clase obrera toda su vida, primero en Herrera, Sevilla y desde 1923 cuando llegó a Ceuta.
Para el autor, Sánchez Prado siempre estuvo con la gente humilde que tenían su imagen en el bolsillo como una estampita religiosa. Su mito de hombre bueno se acrecentó tras su fusilamiento el 5 de septiembre de 1936, terminando así trágicamente una brillante etapa desde 1931 en que fue el primer alcalde republicano, después diputado en el Congreso y de nuevo alcalde manteniéndose en su puesto y sin haber querido huir a Tánger para ponerse a salvo, “porque se debía a los ceutíes”.
El historiador Sánchez Montoya también recordó la terrible cifra de fusilados en Ceuta desde 1936 hasta los años cuarenta, con un total de 288 hombres y mujeres asesinados, terminando la noche con la proyección de un documental del que es autor que recordaba la figura del regidor ceutí para recordar unos tiempos que, dijo, “no podemos olvidar porque a personas como ellos les debemos la democracia que disfrutamos”.
FORO POR LA MEMORIA HISTÓRICA DE MÁLAGA
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